Investigación-acción: Un catalizador para la enseñanza y el aprendizaje integral en contextos multilingües

Este Resumen informativo de WIDA presenta la Investigación-acción — un concepto que resalta el trabajo mutuo entre investigadores y educadores para abordar los desafíos en el salón de clases — lo que alienta a los maestros a utilizar sus voces para hacer contribuciones significativas al campo, ya sea a través de esfuerzos colaborativos o independientes.

La investigación-acción tiene sus raíces en la década de 1940, a través de la obra de Kurt Lewin, psicólogo estadounidense conocido por ser el fundador de la psicología social y quien centró su trabajo en la investigación-acción e investigación aplicada. Sus escritos realzan cómo los investigadores y los practicantes pueden unirse para abordar los desafíos del salón de clases (para los fines de este resumen informativo, el término practicantes describe a los maestros que participan en la investigación para aportar ideas y perspectivas sobre su práctica en el salón de clases [Miller, Cunha y Allright, 2021]).

La investigación-acción es dinámica y participativa y se ha convertido en la piedra angular de la investigación educativa. Permite que los maestros comprendan, analicen y reflexionen para abordar los retos del salón de clases, mientras construyen prácticas educativas integrales y sólidas.

Por ejemplo, los académicos trabajan continuamente con los maestros en iniciativas de investigación que informan los enfoques teóricos educativos. Más allá de esto, sin embargo, hay algo inherentemente importante que constituye dar voz a los practicantes en la investigación educativa (Alrichter, 1993) y especialmente en el desarrollo del aprendizaje de lenguajes (Edwards y Burns, 2015).

¿Cómo se visualiza la investigación-acción para los maestros que trabajan con estudiantes multilingües? La adopción del multilingüismo en el salón de clases requiere conciencia y comprensión de los beneficios interculturales, sociales, cognitivos y económicos de los estudiantes (Martínez, 2018). También depende de que los practicantes tomen decisiones informadas e incorporen prácticas educativas respaldadas por la evidencia para apoyar al desarrollo lingüístico multilingüe. Las voces de los practicantes son clave para el desarrollo de métodos educativos; por lo tanto, los académicos han proporcionado múltiples vías para involucrar a los maestros en la investigación-acción (Sagor, 2000; Burns, 2009).

La labor de WIDA en el desarrollo del lenguaje siempre se ha centrado en el impacto a nivel de salón de clases. Con este fin, los practicantes pueden establecer bases importantes para identificar e implementar estrategias respaldadas por evidencia. Estas estrategias también incluyen la recopilación y el análisis sistemático de datos para fomentar la introducción de prácticas de enseñanza-aprendizaje que le permitan a los maestros participar en procesos reflexivos. WIDA provee a través de sus tres marcos:

no solo recursos que satisfacen las diversas necesidades de los estudiantes bilingües dentro del salón de clases, sino también temas que pueden explorarse a través de la investigación-acción. Permitir que los practicantes obtengan información sobre la efectividad de su trabajo y realicen los cambios y adaptaciones necesarios es un enfoque beneficioso para todos.

Al combinar los marcos y las realidades educativas con la investigación-acción, los maestros pueden promover un enfoque centrado en el estudiante y en el aprendizaje, y al mismo tiempo enfrentar directamente distintos tipos de retos, entre ellos: barreras lingüísticas, varios niveles de competencia lingüística, diversos antecedentes culturales y la tarea de construir una experiencia de aprendizaje lingüística más inclusiva. Al proporcionar una comprensión matizada del desarrollo del lenguaje, podemos capacitar a nuestros maestros para explorar las complejidades del lenguaje y despertar la curiosidad relacionada con conceptos como el translenguaje, el transculturalismo, las multiliteracidades, la equidad y la interacción en el plan de estudios y así proporcionar los apoyos de aprendizaje necesarios.

Un ejemplo concreto de investigación-acción ha sido mi experiencia como mentora de maestros en Croacia y Argelia, donde experimentamos con la integración de tecnología como la inteligencia artificial (IA) y la instrucción diferenciada para ayudarnos a tomar decisiones sobre los niveles de participación, aumentar la motivación, hacer que el aprendizaje sea relevante y establecer un enfoque de desarrollo profesional a través de la investigación que apoya a los maestros y estudiantes. El marco desarrollado se basa en la consecución de prácticas educativas respaldadas por evidencia y culturalmente receptivas, esenciales para formar a los nuevos ciudadanos del mundo.

Como practicante, y ahora dedicada a la investigación, he visto los beneficios que la investigación-acción puede tener en aspectos sencillos de la enseñanza; como dar instrucciones, promover la participación y desarrollar prácticas reflexivas entre los estudiantes. Debido a mi experiencia y 30 años de carrera en la educación, he visto directamente cómo la investigación-acción se erige como una herramienta transformadora para los educadores que promueven el empoderamiento y cierran brechas entre la teoría y la práctica para quienes conocen mejor el contexto del salón de clases: los maestros.

Plan de investigación-acción

¿Quiere empezar? Tenga en cuenta estas ideas:

  • La investigación-acción no es un proceso lineal
  • Enfóquese en un tema a la vez
  • Desarrolle una pregunta (o preguntas) de investigación
  • Lea la bibliografía, hable con expertos o escuche a otros hablar del tema
  • Planifique la recolección y el análisis de datos Cree una posible guía para seguir y reflexione sobre esta frecuentemente
  • Evalúe y reajuste según sea necesario
  • Organice una red de investigadores en acción dentro de su escuela o distrito

Recuerde: no solo abordará los retos de su salón de clases, sino que su trabajo también será un aporte al campo del desarrollo del lenguaje y la educación en general.

Referencias

Altrichter, H. (1993). The concept of quality in action research: Giving practitioners a voice in educational research. Qualitative Voices in Educational Research. Routledge.

Burns, A. (2009). Doing action research in language teaching. Routledge. https://doi.org/10.4324/9780203863466

Edwards, E. & Burns, A. (2015). Language teacher action research: Achieving sustainability. ELT Journal, 70(1), 6-15. https://doi.org/10.1093/elt/ccv060

Lewin, K. (1946). Action research and minority problems. Journal of Social Issues, 2(4), 34-46. https://doi.org/10.1111/j.1540-4560.1946.tb02295.x

Martínez, R. A. (2018). Beyond the English learner label: Recognizing the richness of bi/multilingual students’ linguistic repertoires. The Reading Teacher, 71(5), 515-522. https://doi.org/10.1002/trtr.1679

Miller, I. K., Cunha, M. I. A., & Allwright, D. (2021). Teachers as practitioners of learning: The lens of exploratory practice. Educational Action Research, 29(3), 447–461. https://doi.org/10.1080/09650792.2020.1842780

Sagor, R. (2000). Guiding school improvement with action research. ASCD.