It takes more than a village: Desafiando las normas y estableciendo prácticas inclusivas de participación familiar

July 29, 2022

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Cuando mi hija comenzó prekínder en el 2016 en la escuela de inmersión bilingüe de nuestra comunidad, yo estaba ansiosa por asumir mi nuevo puesto como madre de una niña de edad escolar. Siendo exmaestra e inmigrante de segunda generación, pensé que reconocía todo lo necesario para ser una "madre empeñada" en este grupo escolar bilingüe y bicultural. Y, para mostrar tal compromiso con mi nueva comunidad, dije "¡Sí!” con mucho afán a todas las oportunidades que requerían voluntarios, incluyendo la venta de pasteles, lecturas en voz alta e incluso sacando puntas a los lápices. En fin, tomaba toda acción posible para hacerle el día más placentero a la maestra — ¡y con las pilas puestas!

Aunque la administración escolar tenía el deseo sincero de que la escuela fuera inclusiva, me percaté que el mismo grupo de padres (generalmente mujeres, blancas y con dominio del inglés) ocupaba los roles administrativos de la organización de padres y maestros (o PTO, por sus siglas en inglés) y este también constituía el liderazgo en los eventos comunitarios. El mismo grupo tomaba decisiones sobre cómo se celebraba la comunidad escolar y proveía recomendaciones de índole educativa y presupuestaria al distrito. Muchos de mis compañeros de habla hispana y otros grupos minoritarios no estaban presentes en esto. Pero, ¿por qué? ¿Era por la barrera lingüística? ¿Debido a una desconexión cultural? ¿Por alguna otra causa? Posiblemente todo fue debido a una combinación de lo ya mencionado.

Suele ser que la mayoría de las escuelas le distribuyen a los padres volantes y mensajes electrónicos traducidos al español, pero esta estrategia ofrece oportunidades limitadas para un diálogo efectivo con las familias. Además, aunque a menudo se ofrece el cuidado de niños, las reuniones del PTO se llevan a cabo en las escuelas durante las horas de la cena. Por ende, las intenciones de una escuela por incluir a los padres y familias no alcanzan su objetivo — ya que no hay oportunidades para ir más allá de la situación actual emblemática en los sistemas de poder e influencia para co-construir oportunidades que llevan a la participación.

Mis experiencias personales confirmaron lo que estudios ya han indicado desde hace mucho tiempo: las prácticas normativas de contribución escolar son impulsadas por lo que la escuela define como "participación," generalmente a través del alistamiento voluntario o la presencia durante funciones escolares, la participación en PTOs y la asistencia a reuniones individuales entre padres y maestros (Berkowitz et al., 2021). Como tal, la presencia sumamente visible de padres se ha convertido en la norma deseada. Pero, ¿y qué hay de las formas invisibles de participación que las familias emplean para el desarrollo del lenguaje y el éxito académico de sus hijos? Este empeño se presenta en una variedad de formas que incluye desde bendiciones murmuradas al despedirse en la mañana y relatos de familia compartidos durante la cena, hasta la lectura de libros en el lenguaje del hogar a la hora de acostarse. Todos los padres y familias se preocupan por la educación de sus niños y su participación es tan única y hermosa como lo son ellos mismos.

Lo problemático de todo esto es que la participación a menudo se define en una manera demasiado rígida y los padres y familias no sienten que pueden participar auténticamente en la comunidad escolar de acuerdo con sus prácticas culturales, ni sienten que tienen derecho de expresión en cómo se administran las escuelas (Lowernhaupt, 2012). Debido a esta definición inflexible y la expectativa de cómo se valora la participación, los educadores pierden la oportunidad de apoyar los derechos de todas las familias para involucrarse significativamente en el desarrollo del lenguaje académico de sus hijos y su relación con el rendimiento académico de estos mismos.

Entonces, ¿qué pueden hacer las escuelas para honrar la participación familiar auténtica? ¿Cómo puede una escuela ir más allá de la participación de los padres hacia la participación familiar y co-construir una comunidad que promueve un sentido de membresía para todos? Un paso inicial e importante es pedir de manera genuina las opiniones de las familias que no son tan visibles, mientras también se auto reflexiona críticamente sobre las prácticas actuales de participación al cuestionar cuáles familias normalmente toman parte. Luego, las escuelas pueden examinar y ajustar sus prácticas de participación familiar al permitir que todas las familias aboguen, generen confianza y se comuniquen de manera significativa para construir una comunidad a la que todos pertenecen.

Para fomentar la conversación, aquí le presentamos algunos recursos de WIDA sobre la participación familiar que hemos desarrollado a lo largo de los años para facilitar la evaluación de esta en su escuela:

  • ABCs of Family Engagement es una guía que presenta seis consideraciones clave para fortalecer las prácticas de participación familiar y establecer relaciones. Incluye preguntas orientadoras para provocar la reflexión intensa y promover la discusión con colegas.
  • Focus Bulletin: Language-Focused Family Engagement presenta a los lectores los cuatro pilares de la participación familiar enfocada en el lenguaje y brinda herramientas para ayudar a los educadores a examinar sus propias prácticas.
  • WIDA Snapshot: Multilingual Children and their Families ofrece ideas que los profesionales de la educación y el cuidado infantil pueden utilizar para asociarse con las familias con el fin de promover el desarrollo lingüístico de los niños bi/multilingües.
  • Family Connections through Home Languages brinda a los educadores información sobre cómo los lenguajes del hogar juegan un rol importante en el mantenimiento de la comunicación y las relaciones con la familia (disponible en árabe, persa darí, inglés, coreano, pastún, chino simplificado y español).
  • La página web WIDA Family Engagement enumera una variedad de recursos para fortalecer las conexiones con las familias.

Este año académico, propongo que los administradores escolares piensen más allá de las ventas de pasteles y la distribución de volantes en español, que rechacen las opiniones sobre los estudiantes y padres basadas en las perspectivas de déficit y que se tomen el tiempo para honrar la sabiduría inadvertida de las comunidades bi/multilingües. En fin, solo cuando desafiamos las normas y co-diseñamos comunidades escolares es que representamos de manera significativa a todos nuestros estudiantes y creamos un entorno en el que todo niño puede prosperar.

Recursos de referencia:
Berkowitz, R., Astor, R. A., Pineda, D., DePedro, K. T., Weiss, E. L., & Benbenishty, R. (2021). Parental involvement and perceptions of school climate in California. Urban Education, 56(3), 393–423. https://doi.org/10.1177/0042085916685764

Lowenhaupt, R. (2012). School access and participation: Family engagement practices in the new Latino diaspora. Education and Urban Society, 46(5), 522–547. https://doi.org/10.1177%2F0013124512468003

Sobre la serie: Enseñando en español

Este artículo es parte de una serie de WIDA Español titulada Enseñando en español. La serie presenta ideas, prácticas y herramientas para educadores que brindan instrucción en español a estudiantes bi/multilingües.

Sobre la autora

Katie Rozas es especialista de comunicaciones y mercadeo y apoya al equipo de WIDA Español. Parte de su función es difundir información sobre los productos y servicios de WIDA Español y desarrollar recursos para apoyar a los educadores que apoyan a estudiantes bi/multilingües. Katie es una exmaestra de español e inglés como segundo lenguaje, y es la madre de dos bilingües emergentes precoces.

 

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